Después de su viaje a Quintana Roo no sería el mismo. Esas vacaciones que planeó con ansiedad del disfrute y para las que dispuso el pleno derroche de sus ahorros.
Nunca sintió fascinación por conocer dicho lugar, de hecho ignoraba su existencia hasta leer un titular del periódico: Se avistan, en reservas naturales de Quintana Roo, cocodrilos hasta de cinco metros.
El hotel, igual los boletos y otras actividades valían lo justo. Caro fue contactar y contratar cazadores furtivos e ilegales que entraran a las reservas protegidas y lo llevaran hasta los cocodrilos, animales con los que tenía fijación desde hace mucho.
Conoció a sus amados caimanes, pero aparte de las fotos y publicaciones en redes sociales, los sucesos que se comentan son por terceros. Regresó de México pactado con el silencio. Dicen que al intentar tocar un cocodrilo pequeño, sin percatarse, otro lo tomó por el pie y se lo arrancó. Perdió también el tatuaje que orgulloso mostraba: el de un cocodrilo plenamente libre entre los nenúfares. Si me lo preguntan, su silencio y tristeza se debe a que no murió en aquella laguna junto a los cocodrilos
El monolito vegetal
El cactus era mágico. Lo encontró luego de su primera borrachera, una noche de cuidar ganado. En la catarsis del alcohol escuchó que lo llamaban. Se separó del grupo y se perdió. Al despertar por el fogón del sol vio un gigantesco cactus. Mientras lo contemplaba un rayo partió el monolito vegetal y dejó al descubierto una botella cristalina.
Al tener en sus manos la botella, bebió. Regresó la euforia recién descubierta y borró los malestares. Bajó del cerro para seguir con la botella en los labios, también descubrió ese día la asfixia. Siempre que la botella se vaciaba subía el cerro y sacaba del corazón del cactus otra botella y otra botella, y otra… En más de una ocasión intentó abandonar el vicio, pero sentía dos manos sobre el cuello asfixiándolo. Otras veces era llevado durante el sueño al cactus. Lo adoraba como a un dios que merece toda atención. No tenía más vida. Lo perdió todo como suele suceder, todo menos su fuente gloriosa.
Un día llegó la muerte y encontró al milenario borracho entre las espinas.
Nadie veía televisión
Cuando el demonio llegó a casa, lo esperaba su infernal familia. La cena estaba lista, nadie veía televisión, era momento para compartir. Los niños hablaron sobre la escuela demoníaca, la señora sobre el infierno de ser ama de casa. Esperó su turno para hablar, siempre contaba buenas historias de su trabajo. Esa noche había regresado con un poema, un obsequio de un cliente para ellos. Al terminar de leerlo, su mujer lloró, los niños aplaudieron. Todos en la casa se sintieron unidos y esos gestos de cariño hacían que su trabajo como recolector de almas pactadas valiera la pena.
Algodón de azúcar
El niño iba al zoológico para hablar con el chimpancé. Le contaba sobre la escuela, los pleitos y el fútbol. El chimpancé siempre le preguntaba los detalles, por ejemplo cómo se sentía el viento, cómo se experimentaba el ocaso y la niebla. La voz del chimpancé era como algodón de azúcar. En muchas ocasiones el niño lo encontró llorando en su jaula.
Un día la rutina del zoológico fue interrumpida por las detonaciones de un tiroteo. Era el niño con la pistola de papá. Cuando lo interrogaron sobre por qué le disparó al chimpancé, dijo que solo cumplía una promesa.
De Contraespejismo.
Adquirir: La chifurnia
Denny Romero (El Salvador,1994). Escritor, artista y gestor cultural. Ganador en la rama de poesía y mención honorífica en la rama de narrativa; ambos del XI Certamen Literario Ipso Facto 2021. Co-fundador del proyecto La Página Desértica. Organiza la Mini Feria del Libro Lastenia García, Flores y Letras. Co-fundador Claroscuro Editores. Aparece en Torre de Babel. Antología de poesía joven salvadoreña de antaño. Volumen XV. Los apócrifos salmón, en Máquinas Breves y otras Perversiones. Antología de minificción y en Y Nada Más narrativa breve centro americana. Muestras de su poesía se encuentran publicadas en la Revista Cultura Nº 125 del Ministerio de Cultura de El Salvador, entre otras. Obra publicada: Kamikaze (Estro Editores, 2021), Contra espejismo (Proyecto editorial La Chifurnia, 2022), y Freza la muerte (Editorial Equizzero,2022). AKU (R&S Editores, 2024)
Comentarios
Publicar un comentario