Se encontraba amarrado codo a codo con sus
compañeros el viejo, quizá no tan viejo, si no que su cuerpo se encontraba
desfallecido por el hambre por las torturas un día antes en la cárcel.
–Así que ustedes son los comunistas, los
revolucionarios– habló con voz sarcástica el Coronel.
–¿Dónde están los otros chuchos del
partido comunistas? –preguntó el Coronel.
Nadie del grupo respondió, todos estaban
en un hondo silencio, en los ojos de todos permanecía un vacío interminable.
–Bueno hijos de puta que no piensan
decirnos– cabreado el Coronel.
–Ya maten a estos indios– agregó.
Todos estaban en fila, contra el fusil y
la pared, todos temblaban, menos el zapatero aquel.
–¡Apunten! – dijo una voz en un tono
enronquecido.
Los fusiles, se elevaron a la altura del
pecho de los acusados.
–¡Disparen! – agregó el Coronel sin
temblor en la voz.
Primero un chispazo, luego un enjambre de
plomo se dirigía al pecho de todos, y caían al suelo uno a uno, cada cuerpo
emanaba un riachuelo de sangre, los militares se retiraron hacia el cuartel,
después de unas horas del barro ensangrentado renació un hombre que entre las
sombras marchaba lentamente hacia el horizonte.
Renzo Castro (Morazán, El Salvador, 2001)
Escritor y estudiante de Letras de la
Universidad de El Salvador. Pertenece al Taller Literario Zarza, de San Miguel.
Escribe narrativa y poesía. Ha publicado en revistas salvadoreñas e
internacionales. En cuanto a narrativa, en la rama de microrrelatos publicó «Exilio
de las palabras», (Proyecto Editorial La Chifurnia) y colaborado con
Revista Palabrerías y Cardenal revista literaria.
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