Piet Mondrian
Siento el final en los ecos de la noche,
lo huelo en la espuma blanquecina.
Floto en esta carcaza de carne y madera
que mana salada entre los vientos.
Fantasmas tremulantes
como devenires, silencio, ruido y tiempo,
de un navío abandonado, perdido,
que se hunde ansioso a lo profundo.
Capitán a babor que se pierden las estrellas,
a estribor que se esconde la luna.
Ya no hay guía en el desierto, golpe enmudecido, de olas negras.
Capitán tripulante, cuerpo vacío, dormido despierto.
Naufrago sin vela a la deriva, sin rumbo.
Navega con su mano de sombra
el vicio de la luz nocturna.
Tripulante que no vive.
Tripulante que no muere.
Tripulante que vomita por la borda.
Tripulante que es navío.
Cuerpo vacío, ser o no ser realidad.
Zozobrar a la angustia mortal de vivir.
Miedo a la voz propia, duda mortal.
Ser o no ser, Poseidón.
Anegar el silencio de los pasos.
La marea ya no habla, no grita.
El viento labio que no ruge.
Nocturno velero en vano desvelado.
Barca que encalla,
en el coral grisáceo del cemento.
Se funde al asfalto y al hierro,
de las montañas vidriosas
que nacen de los suelos.
Tripulante que se encalla
en el coral sangriento de los muertos.
Se funde a los ensueños del paso y la violencia.
Tripulante que vomita por el bordo.
Jorge Alberto Rascón Guevara (Tijuana, Baja California, México)
Estudiante de la Licenciatura en Gestión Cultural por la Universidad De Guadalajara campus virtual. Cursa el XVII Diplomado de Creación Literaria del Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia dependiente de la Coordinación Nacional de Literatura del INBAL. Ha publicado en Linotipia, DeLirio, Almicidio y Trepanacion. Es colaborador editorial en la revista El Morador del Umbral y en la revista virtual Diablo Negro. Igualmente es miembro fundador del colectivo cultural Ruido, así como organizador del encuentro cultural del mismo nombre.
Comentarios
Publicar un comentario