El encuentro| Ficción de Abraham Campos

 

 


Goethe deambula con paso cauto, su sola presencia hace voltear instintivamente a cualquiera. Lo peculiar es que lo acompaña alguien de aspecto hermoso con un aura malévola, que en su mano derecha sujeta un contrato. Se dirigen a una taberna y piden dos cervezas.

El tabernero observa el papel y le hace mención que tiene una mancha de sangre. Una mirada dulcemente funesta apaga esa curiosidad. Una mano irrespetuosa toca el hombro de Goethe, que le coacciona para que su acompañante le muestre aquel papel. Pero un murmureo hace al sinvergüenza alejarse y pedir tres botellas, las que ingiere sin parar. Un grupo de bohemios se acercan con escarnio ante el episodio e intentan usurpar el papel, un segundo murmureo es conjurado y estos se vuelcan entre sí. Una dicción tan divinamente demoníaca se vuelve sobre el tabernero y sin demora señala una mesa donde se encuentra en solitario una silueta con sombrero. Goethe toma su cerveza y se acerca. Arrima un par de sillas. -Te hemos estado buscando-; pronuncia y bebe.

-La otra noche, en la barra junto a nosotros, cortaste tu oreja-; Mefistófeles interrumpe con furor arrojando el contrato envuelto en sangre y con voz melodiosa dice: Te mostraste un día ante mí confundiéndome con mesalina, pero antes de terminar su frase Van Gogh le frena con una seña y se quita lentamente el sombrero, desenvuelve el contrato, toma su oreja y se corta la otra dejándola caer al papel y con sangre en la cara:

-Disculpen las molestias caballeros, hoy no olvidaré dar mi oreja y mi ósculo a la persona acertada.

Abraham Campos (México)

Colaboró en la antología de cuento Hidalguense, Editorial Vozabizal, en la antología de poesía: Voces minerales, Editorial Vozabizal y en la antología de minificciones, Flores que sólo abren de noche, de Fobica Festa y la tinta del silencio. Así como en revistas digitales.


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