Ceremonia de una mujer prohibida.
El campanario de las voces llueve,
me resguarda en el vientre de su hora.
Doce fueron las campanadas firmes
que han de besar el temple de mi espalda.
Nací bajo la sombra de un estigma
con dualidad, belleza entre los dedos
distinta a la fragancia de otros huesos
con la palabra urgente entre mis curvas.
Mis años mozos fueron misioneros
para cantar verdades y oraciones
que después de una noche y sus legiones
me vistieron pagana en sus inicios.
Por eso y más, por caminar a solas
por despertar hervores de otros mitos
me flagelaron con sus inclemencias
las criaturas más bardas de la especie.
Por mis talones y sus elegancias,
por el ruido que renace conmigo
y enamorar demonios en la muerte
fui sentenciada en todos los abismos.
Por cabalgar con la piel en faena
hasta beber el garbo y sus raíces
me fusilaron ánimas en pena
sin encontrar culpa en mis cicatrices.
Desde esa noche encarnada en el alma
pose mis pies,
mi boca en la silueta del mismo verbo que cruje conmigo
inalcanzable a los restos humanos
y en el manglar de mi sangre, su aroma
volví a nacer
recostada en la luna
con un puñal,
una hoguera y su historia
que embarcaron sutil en mi memoria
y hoy llevo en mi columna vertebral.
El Juicio
Por mis pechos que amamantan las horas
poseídos del fruto del verano
entre su gravedad y su sigilo
para besar la piel que los entienda.
Por estas manos, cuerpos de gaviota
habitación donde duerme el respiro
que saben tejer siempre en sus memorias
el rostro de todos los elegidos.
Por estas piernas donde el sol despierta
y el mar danza en totales remolinos
con libertad de todo el universo para tocar el centro de la vida.
Por este nombre oculto entre los versos
como instinto desnudo que florece
que a diario es abanico que amanece
en los rincones del amor escriba.
Con esta diferencia entre normales
con esta religión que sin medida
llevo por ley ser siempre himno, esencia,
argumento que no sabe de dudas.
Por no encajar,
por mis perversidades
por esta sed
por el sol en mis venas
por negarme a morir en sus cadenas
con este grito infinito en mi boca.
Por ser la piel que no cualquiera toca
y amar las almas que nacen conmigo,
sabiendo que una parte de otras pieles
seguro crucificarán mi sombra
si antes no me nombraron con infamia
por no corresponder a sus injurias.
Por ser mujer amante de las letras
me declaro culpable fugitiva
tejedora de errantes melodías
por lo demás, si sabe, usted dirá.
La mano de Caín
Torpe la mano reza en el bolsillo
roza la saciedad de los engendros
mientras resbala en nupcias fugitivas
debajo de la carne en madrugada.
Ensancha su ropaje entre los huecos
hasta quemar la voz de las fisuras
donde su palma es carne que germina
y alumbra los secretos del silencio.
Toca, desolla y labra su linaje
como cañón en púrpura silueta
donde jadea hasta anclar su memoria
como sigilo en ascuas que enmudece
la presa, el pabellón de mustia ofrenda.
Deja su filamento en todas horas
surce y vigila el sexo que frecuenta
como constelaciones que desprende
hasta que su torpeza lo cuestione
hasta que por sus dedos sangre y duela
porque la mano es otra
es fiel espectro
que no reza, no erosiona en blancura
solo desplaza
destroza y explota
como el candil de un espesor que vuelve
con la rabia de la noche y resuelve
nombrar un rastro de saliva y sal.
Cecilia Castillo (Santa Tecla, 11 de junio 1984, El Salvador)
Poeta y gestora cultural, graduada como Licenciada en Letras por la Universidad de El Salvador. Ha publicado siete libros con poesía de carácter erotico y participado en proyectos educativos de publicaciones de textos infantiles como la libreta Lluvia de estrellas y Crecer leyendo del Ministerio de Educación de El Salvador.
Obra publicada: Voz tinta, Gestración, Aleteo, El beso en la sombra, Vaginas del mar, Cuerpo de mujer, El sombrero, la muerte y su valija y recientemente Agua en el Evangelio.
Ha participado en antologías nacionales e internacionales. Actualmente labora en el Ministerio de Cultura como delegada en la Biblioteca Nacional Francisco Gavidia con proyectos de gestión, promoción y difusión cultural, sobre todo de literatura salvadoreña.
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