Les presentamos una muestra poética de una de las invitadas al segundo Encuentro Virtual de poetas «Miguel Álvarez Castro» que se desarrollará el 25 y 26 de septiembre.
No hay sitio para mi país en las enciclopedias del asombro
No hay sitio para mi país en las enciclopedias del asombro. No hay sitio
para la armonía de los peces-aurora magenta. No hay sitio
para las palabras cósmicas en esta interminable explosión de cuerpos
caídos como meteoritos en predios baldíos. No hay sitio. No hay sitio. No hay sitio
para la ensoñación de los corazones-trompeta de miel en este peregrinar de dudas. No hay sitio
para abrazar la ternura de algodón de azúcar.
¿Cómo adentrarse al arrullo de una sinfonía de esencias florales si
no termina el recuento diario de muertos y desaparecidos en las televisoras?
¿Cómo izar la bandera de la paz en este diario horror de navajas ensangrentadas y cuerpos tirados a los pozos?
La historia es cruel con los descalzos. La justicia es tirada al vertedero día a día. El tren de la historia se irá al precipicio con todo y pasajeros.
Otra vez el olvido. Otra vez la sangre. Otra vez las tanquetas en las calles del odio. Otra vez el miedo posado en la lengua como un gusano. Otra vez los cercos militares. Otra vez la madre llora a su hijo perdido en la alcantarilla de la cocaína. Otra vez la madre llora a su hija violada por los reptiles. Su sangre ha sido bebida por las bestias. Otra vez las cabezas en las plazas como adornos de feria navideña. Otra vez los disparos a la luz de las plegarias de las mujeres de blanco. Ellas rezan en cuartos abandonados. Otra vez el olvido.
Los noticieros internacionales no conocen su grito de siglos.
La república = excremento.
La república = látigo.
La república = jauría desde su fundación.
El imperio no escucha los retumbos del dolor en las caravanas del desierto
ni saber quiere de las tumbas que deja a su paso el huracán del neoliberalismo.
Sigue resistiendo en la orfandad de la llama, mi país tropical,
mi país del tamaño de una medalla que cargo como talismán.
Mi país: cactus en una larga temporada de sequía.
Mi país-fogata resistiendo a las pirañas del poder.
Del cactus una flor espléndida nacerá
para hacernos recordar la existencia del consuelo pese a la aridez del terreno.
La cárcel
Erika
un diminuto roedor de una cárcel del Pacífico
olvidada moneda roja Erika
Corría en la casa con piso de tierra de una Nicaragua remota
como niña que desconocía las aves rapaces y los aguijones y la herrumbre
Sabía de la risa de las cometas
de los mangos en el mercado bajo el sol de verano
de la luna
besando las mareas de su cabello tan negro
como un caballo de petróleo
Su canto poco a poco se volvió el cernícalo de un edificio deteriorado
muy brevemente conoció la miel y las mariposas de la mañana que vestían el corazón de su madre
(ahora reza por su hija desaparecida)
Trabajaba
en El Manguito
Día a día abría sus piernas a los leones de las calles más calurosas
y
se consumía en los torbellinos de la cerveza el crac y la cocaína
en la gangrena de sus clientes
y
en El Manguito
una casa del centro de la ciudad
custodiada por cucarachas
nadie
le besaba con el cuidado que se le da a un jardín de peces
Dar plegarias a su corazón sin allegro y viento
abandonado en una cárcel del Pacífico.
Erika: la bailarina de la tempestad y del pus
¿Dónde quedó tu Nicaragua
tu risa juguetona parecida a una discoteca
a un verano de abundantes mangos y sin plaga
a mañana de alondras en la ventana
a una ráfaga de espléndidos pericos?
¿Dónde el cielo sin cerco eléctrico
sin vigilantes a su entrada?
¿Dónde el mar y sus olas de caricias?
¿Dónde las margaritas para la ciudad
(homicida con el pequeño
con el que busca un pan
con el que se consume como un cirio)?
Es este país el boleto a la muerte
la cárcel
en deterioro progresivo
para tu sexo devorado diariamente
para tu corazón con 28 disparos
para tu sinfonía nunca escuchada
Nadie sabe tu verdadero nombre
virgen vos en el carnaval de los lobos
en este fétido hacinamiento
en esta colmena de cocaína
Serás un día
«cadáver no identificado».
Miroslava Arely Rosales Vásquez (1985)
Escritora y académica salvadoreña. Estudia el Doctorado en Literaturas en Lenguas Romances (Romanistik), en la Bergische Universität Wuppertal (Alemania), gracias a la beca del Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD). Maestra en Literatura Hispanoamericana, por la Universidad de Guanajuato, México. Integrante del working group “Identities and Communities” de la International Latin American Network de la University of Oxford, así como de la Red Europea de Investigaciones sobre Centroamérica (RedIsca) y de la Red de investigación de las literaturas de mujeres de América Central (Rilmac). Ha sido editora de la revista mexicana Cuadrivio. Líneas de investigación: masculinidades, guerras, migración centroamericana, literaturas contemporáneas de México y Centroamérica.
Su trabajo literario aparece en Nuevas voces femeninas de El Salvador (2009); Una madrugada del siglo xxi (2010); Las perlas de la mañana siguiente (2012); Ventanas de libertad (2014); The Theatre under my Skin. Contemporary Salvadoran Poetry (2014); Resistencia en la tierra. Antología de poesía social y política de nuevos poetas de España y América (2014); Segundo índice antológico de la poesía salvadoreña (2014); Mujeres que se crean a sí mismas. Antología de mujeres salvadoreñas (2017); Poeta soy. Poesía de mujeres salvadoreñas (2019); Pedir un deseo, prenderle fuego. Poesía contemporánea de mujeres latinoamericanas (2020); Jardín de sangre. 10 poetas salvadoreñas contemporáneas (2020); y en revistas internacionales.
Ha participado en congresos, seminarios y jornadas académicas en Alemania, España, México, Perú, Guatemala, El Salvador y Honduras, así como en festivales de poesía en México, El Salvador y Nicaragua. Su última publicación: Los tiempos del níspero (Editorial Cerro del Viento, México).
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