DENTRO DE MÍ SE ESCONDE UN SER QUE NO CONOZCO | POEMAS DE OMAR CHÁVEZ

Pintura: Jean Michel Basquiat

EL INMORTAL


Pero sobre todo, Maud,

amo en ti al que yo era,

amo en ti a todas las muchachas que quemaron sus alas allá lejos,

en el fuego de mi juventud,

y que no pudieron sobrevivirme.

Luis Rogelio Nogueras


los años fueron una trágica pregunta atravesando las piedras

conocimos la edad del huevo y la caverna

y supimos que la dicha podía ser otra cosa

que el amor debía ser otra cosa

al menos eso pensábamos la fecha en que nos conocimos

al menos yo pensaba eso

y lo creía fervientemente en mi naturaleza de neandertal

lo creía como la certera flecha atravesando el corazón del tigre

cuya piel cubriría tu cuerpo desnudo en medio de la noche

y que seríamos felices mientras existiera en el mundo

una fogata a la cual asirnos

pero el tiempo fue un terrible aliado

y como era natural envejeciste

y ningún dios sobre la tierra hubiera podido cambiar los designios

que nos fueron revelados la noche en que amanecimos

ahora

como hace cincuenta mil años

el peso de tus labios galopa triste en mi memoria

y me quedan dos o tres recuerdos para tallar tu nombre

para mirar tu cuerpo desnudo en medio de la hoguera.


MI CORAZÓN NO SERÁ TESTIGO DE ESOS OBUSES QUE HARÁN CAPITULAR LA NOCHE


mis ojos no vieron el cielo arder sobre el Marne en 1914

ni mi corazón fue testigo de esos obuses que hicieron capitular la noche

tampoco mis padres contemplaron esa historia

ni sus padres antes que ellos probaron el sabor de la pólvora

por el contrario

eso sí

una joven pareja

deambulará

con noventa y tres años de retraso

en alguna playa en Flandes

y se dirán lo que se dicen los amantes al caer la tarde


Vendrá la primavera y seremos felices, nuestros hijos tendrán el color del sol y no habremos de preocuparnos nunca más por la oscuridad. Amada, brindemos hoy que somos jóvenes y se nos permite, mañana será el ocaso…


pero sus ojos no verán el cielo del 22 de abril de 1915 teñirse de sangre en Ypres

no verán la tierra estremecerse por mil caballos galopantes

y sobre los cuales reposan los restos de ese amor cuya pista es el olvido

ella pensará

que el futuro yace ahí

aguardándolos

y ni todo el odio del mundo podrá corromper ese lazo que los une

a él

y a sus hijos no nacidos


Será un tiempo nuevo porque vendrá la primavera y seremos felices, nuestros hijos también serán felices y hermosos y no tendremos que preocuparnos nunca más por la oscuridad…


lo que ambos ignoran

es lo que mis ojos vieron noventa y tres años después

es decir

esa lluvia de obuses que hizo capitular la noche sobre Alepo

la misma que mis padres

y sus padres antes que ellos

probaron amargamente

en 1980 y 1932.


DENTRO DE MÍ SE ESCONDE UN SER QUE NO CONOZCO


sigo creyendo que dentro de mí se esconde un ser que no conozco

quizás nos hayamos encontrado en alguna calle

pero ello se deberá a la casualidad

y no a las circunstancias que rodean nuestros destinos

ese ser me susurra despacio desde hace 72 años

lo recuerdo bien

se llamaba Józef

y era polaco

lo conocí en las riveras del Vístula en el verano de 1939

era un miliciano de las afueras de Cracovia y fumaba al igual que yo

pero a diferencia mía

él hablada de la muerte en voz alta

recuerdo su sonrisa dibujada en el dorso de 16 mil bayonetas

500 mil soldados

y un millón de cañones apuntando hacia su pecho

ese verano de 1939

creo que así se llamaba

Józef

    o Krzysztof

            o Dominik

                    o Andrzej

escucho su voz latir dentro de mí

y son 6 millones de hombres

6 millones de rostros que fluyen como ríos por mi sangre

en cuyo color habita esmerilada la desesperanza

6 millones de nombres que uno a uno van cercándome

como si la muerte estuviera hecha tan solo de palabras

esas

que al unísono

emergen desde Maidanek Sobibor o Treblinka

nombres que al pronunciarse pudieron ser

y no fueron

bellas estampas en papel membretado

maestros

carpinteros

ciudades enteras que sin embargo sobreviven a mis días

esperando el momento donde habré de recordarles

en el poema que ahora escribo

y que desde hace 72 años me dictan

esos miles que dentro de mí se esconden.


MUJER QUE SE DESNUDA ANTE EL SEMÁFORO ¿SERÁ ESO LA NOCHE?


A mi madre


inmerso en la agonía de un carrusel dormido

despierto incauto ante la tierra como un profeta de silencios

dos veces he visto el precipicio del tiempo

dos veces he llorado ante los brazos de mi madre

sin embargo no le reconozco aún como mi sombra


la edad que me aguarda en aquella calle

la mujer que se desnuda ante el semáforo

¿será eso la noche?

tantas veces me he preguntado lo mismo

que olvidé mi nombre en ese intento

¿dónde estás María hecha de niebla?

¿dónde te escondes Fantine la del suburbio?

¿a dónde vas Esther plagada de intentos?

¿a dónde van tiernas niñas de color marrón?

¿qué campana las esconde?

¿qué iglesia las aguarda?

hoy mis manos se rompen atrapando esas siluetas

impulsando torbellinos que cabellos de música diluyen

¿dónde estás Madre?

aguárdame con esa boca que te vuelve diosa

es preciso un momento de paz ante la hora que nos muerde

afuera desfilan las huestes del invierno que se arrinconan con fusiles

y tu pecho cual trinchera

se amotina frente a ellas como un cometa

¿dónde estás Madre?

invéntame con tu filo

aguarda

todavía es pequeño mi corazón que se adosa como un libro

no lo ves

mis piernas deambulan sobre las ramas que se acortan

y me faltan alas para callar a los que ríen.


MONÓLOGO SOBRE UNA CONFLAGRACIÓN


de a poco vas convirtiéndote en héroe ignoto

el tiempo va develando las preguntas

que en su momento fueron árboles moribundos

y que tú concebiste como señal de eternidad

esas cosas cuya fuerza motriz fueron puño

o tu propio corazón ensangrentado

cosas que van haciéndose polvo

manto untuoso en el ápice o cenit de los días

así fuiste

hubo una edad donde amaste a una mujer

y las calles (o el tiempo) se abrieron como sombras diminutas

y diste por hecho la felicidad

porque en el fondo sabías que la soledad compartida

es mucho mejor

que un hombre cuyo motor es el odio o el miedo

así vas

héroe o villano

ya no importa

hiciste lo que otros esperaban de ti

amaste a una mujer

y ella te amó.


ZOO


se esparce en la ciudad

la selva airosa

el canto refulgente de la fiera

en mi pecho se estremece un animal rabioso

en mi sangre circula la vertiente

corre tras las piedras la rigurosa garra

corre tras la llama el voluptuoso vuelo

        Ya viene

        

se va acercando el despertar del ogro

se van cercando las grietas infinitas

es ZOO con su delantal de niebla

ZOO con megáfonos de viento

ZOO

        ZOO

                ZOO

                        

ha llegado la hora de abrir los metales petrificados del llanto

las arcadas de voz con pandereta

los puertos USB atados a las llagas del invierno

ondas radiactivas se escupen por los ojos

y antenas parabólicas digitan el camino

es ZOO con su solsticio inmundo de calles adoquinadas

ZOO con su gracia de barquero atravesando altoparlantes

pueda que el tiempo rehaga la historia

pueda que las manos sepulten la tierra

mas ZOO inquebrantable recorre la ciudad

y la ciudad se postra ante el rugir del lobo que es ZOO

ZOO con su discreción de astronauta mudo

ZOO aterido a las aspas de los rayos catódicos

ZOO saltando al vacío que dibujan los crepúsculos

ZOO con zozobra

ZOO con su Z enorme de zapatero loco

ya viene

        ya viene la bestia

trae bajo las fauces al cazador furtivo

trae bajo las fauces a los perros del Congreso

hay una bestia que aborda los taxímetros

hay una bestia que roba en las paradas

hay una gota de sangre que se esconde en los hidrantes

¿quién mira?

¿quién se arrincona detrás de los tranvías?

            

                es ZOO

ZOO con su aspaviento de licor ambiguo

ZOO con su espermática constelación de roídos trajes

ZOO mordiendo las nalgas de los automotores

ha llegado la hora de recorrer las horas multiplicadas por la niebla

salpicar con luz las tristes botas de las prostitutas tristes

inventar el fuego con las papilas de la noche

inventar la noche con el útero de los cortaúñas

es momento de abrir los cristales del silencio

poblar las bombillas con mariposas de poliuretano

salir de órbita con la órbita de los ojos etéreos

decir adiós con gracia de un perro amaestrado

Adiós hay que decir a Dios como afirma el poeta

ZOO

            ZOO

                    ZOO

                            

aquí se acaba el caudal de dioses tutelares

aquí termina el laberinto de satélites mundanos

aquí se esfuman las palabras vacías de los heliotropos

aquí termina la historia

                y despierta ZOO.





Omar A. Chávez San Salvador, (1987). Doctor en medicina por parte de la Universidad de El Salvador (2018), actualmente cursa la especialidad de Ginecología y Obstetricia en el Hospital Nacional de la Mujer “Dra. María Isabel Rodríguez”.


Fue miembro fundador del extinto Taller Literario Sierpientemplumada. En 2010, junto al poeta Carlos Alejandro Flores, funda el proyecto editorial EquiZZero, el cual dirigen hasta la fecha. Su obra ha sido publicada en revistas y antologías, sin embargo, la mayor parte permanece inédita. En 2017 resultó ganador de los XXII Juegos Florales de La Unión, en la rama de poesía, por su poemario: “Monologo sobre una conflagración y un epílogo”, misma que fue publicada por la Dirección de Publicaciones e impreso (DPI) en 2018.



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