CAPÍTULO NUEVE | CAMINO A GÓLGOTA DE ROGER GUZMÁN

Edward Gorey: El raro entre raros que deberian conocer | Cartoon Amino  Español Amino

Ilustración: Edward Gorey


 IX

JUSTO EL día que vine a parar aquí, mientras corría por esa misma calle de mi infancia, a pesar de la agitación, la aflicción y de que todo se veía un poco cambiado, no evitaba recordar alguna de las cosas que pasé en ese lugar. Recordé, por ejemplo, cuando tuve que quitarme una medalla metálica del símbolo de amor y paz que me había encontrado en alguna parte y que luego me había colgado en el cuello con un cáñamo. Tuve que quitármela porque me había salido una llaga en el pecho, justo debajo de la medalla. Pensaba que tal vez era por el calor, o por alguno de los embrujos de los que tanto hablaban nuestras vecinas. Todas comentaban los hechizos bajo los que caían sus maridos por parte de sus amantes, que les provocaban salir corriendo a buscarlas y revolcarse con ellas. O de los rituales que muchos practicaban para causarle alguna enfermedad sin nombre e incurable a algún fulano, y que lo pudría poco a poco desde dentro. 

También fui testigo, en varias ocasiones, del ritual para curar a los niños del mal de ojo. Masticaban una planta que le pasaban al enfermo por todo el cuerpo junto con un huevo, lo escupían y creo que todo transcurría mientras recitaban una oración o algo parecido, hasta que rompían el huevo y lo vertían en un vaso de cristal con agua. Finalmente, todos inquirían en las formas que dibujaba la clara. Clara que se había vuelto ya un poco blanca de tanto pasar al huevo por la llama de una vela y por el cuerpo afiebrado del bebé. Algunos veían el rostro de Jesucristo, otros veían ángeles que volaban por el cielo, otros a la virgen María, otros veían rostros demoníacos, pero todos estaban de acuerdo en que lo que veían era un mensaje divino o la forma del demonio que trataba de llevarse el alma pura del niño; y luego esperaban la mejora del recién nacido que todavía ardía en fiebre y se vaciaba en vómito y diarrea después del ritual. 

A pesar de la preocupación que sentía al ver a mis vecinas y a mi madre en esa batalla contra los demonios de alguna mirada fuerte, me gustaba ver las formas que hacía la clara, me emocionaba sacar mis propias interpretaciones. Y pensaba, en la inocencia de mis primeros años, que también había caído víctima de una maldición de esa índole. Pensaba constantemente en una mancha en la pared del remedo de baño que teníamos: un cuartito, con cortina de plástico en el umbral, en el que casi sólo cabía la letrina; porque para bañarse, había que hacerlo en la pila, a la vista de todo el que pasaba por la calle y de todos los vecinos. En mi mente revoloteaba con constancia esa mancha con la forma de un rostro alargado, con cuernos y una sonrisa macabra y burlona. Creía que era un rostro demoníaco mofándose de mi deseo de amor y paz; de mi deseo de que terminaran los muertos, las balas y las bombas que interrumpían de repente el ruido cotidiano de aquellos días. Suponía que era el causante de la llaga en mi pecho. Y, aunque al principio me negaba a quitármela, tuve que dar mi brazo a torcer, pues se me había hecho un cascarón de sangre seca que me causaba comezón, y sin querer me rasqué y me lo arranqué. Lo que me asustó y me llevó a prescindir de tan simbólico amuleto fue que, al caer el cascarón, salió una especie de cucaracha de mi pecho. En seguida me saqué la medalla del cuello, me deshice de ella y, a los pocos días, sané.


Roger Guzmán San Salvador, El Salvador, (1981).

Perteneció al "Taller de poesía de La Casa del Escritor" que impartió el poeta, narrador, músico y periodista Rafael Menjívar Ochoa. Fue cofundador de la Revista Crash de historietas, cofundador de la extinta Editorial Axones y Dendritas, parte del consejo editorial de la Revista Cultura del Ministerio de Cultura de El Salvador mientras la dirigió el poeta Vladimir Amaya y es cofundador de la Editorial Falena.

Obra publicada: Un sitio sin lugar (Editorial Equizzero, poesía, 2010), Me ahogo, me ahogo, me ahogo (Proyecto editorial La Chifurnia, poesía, 2015), Óxido, pena y verdugo (Zeugma Editores, poesía, 2016) y ¡Ay ay ay! ¡Uy uy uy! (Proyecto editorial La Chifurnia, poesía, 2017).


Comentarios