CAPÍTULO CINCO | CAMINO A GÓLGOTA DE ROGER GUZMÁN

What You Need to Know about Gustav Klimt - Artsy
Artista: Gustav Klimt

V

EN ESOS momentos yo permanecía con los ojos cerrados: sin moverme, fingiéndome dormido. No los veía pero sabía lo que hacían y lo que se sentía. Pues, aunque apenas tenía cinco años ya había tenido mi primera experiencia sexual, evento que recuerdo porque es una de esas cosas que no se olvidan. Sin embargo, no es que lo guarde con total nitidez.
Vivíamos con personas ajenas a la familia. Todos los días salía con mi madre y cortaba claveles rojos de una casa en el camino. No los cortaba para irlos a poner en agua al lado de mi cama. Ni para regalárselos a mi mamá ni a la única hermana que tenía en ese momento. Los cortaba para pasarlos tirando en la sala de la casa, de esa manera dejaba un regalo que consideraba bonito a una muchacha como de unos trece o quince años que también vivía allí. Quizás era la hija de nuestros caseros, no sé. Quizás era la hija de otros inquilinos como mi madre, mi hermana y yo. Yo que entonces era tan niño, pero que ya estaba tan perdidamente enamorado. No había día que no le dejara los claveles, como no había día en que la hermanita de mi Dulcinea, que era de mi edad, no los recogiera y se encantara con ellos. Me enojaba que los tomara y me daban ganas de decirle ‘No son para vos, metida, son para tu hermana’. Pero el miedo a que mis sentimientos quedaran al descubierto, me reprimía. 
La cuestión es que un día me quedé solo con mi amada y su hermanita. No sé adónde fueron nuestros padres. Nos quedamos solos y jugamos y pasamos entretenidos en cuestiones de nuestra edad. Llegó un momento en que mi amor platónico necesitó desentenderse de nosotros y dijo que jugáramos a la casita, ‘Vos sos el papá y ella la mamá’, me dijo. ‘Y ellos son sus hijitos’, refiriéndose a las muñecas de su hermana, quien se entusiasmó mucho con la propuesta. No tengo idea de cómo llegó el momento, simplemente me dejé llevar, ‘Ya es de noche, vamos a dormir’, le dije. La mesa del comedor hacía de casa, así que los asientos de las sillas hacían de cama. Me acosté en las sillas de uno de los lados de la mesa y la esperé, pero ella se acostó en las del otro lado. ‘Mis papás duermen juntos y sin ropa’, le reproché. No recuerdo su reacción, si se opuso en algún momento. Creo que para ninguno de los dos era algo objetable, nuestros padres dormían juntos y desnudos (es decir, su mamá con su papá y mi papá con mi mamá), y por mucho esfuerzo que hicieran para ocultarnos sus actividades íntimas, las conocíamos. Así que nos acostamos juntos y desnudos y me excité. Sin siquiera besarla me puse sobre ella, comenzamos a frotar nuestros genitales. Le pregunté qué sentía y me respondió ‘No sé’; me devolvió la pregunta y respondí lo mismo. Sólo nos gustaba lo que hacíamos. No sabíamos lo que sentíamos, sólo nos gustaba. Tuve la sensación de terminar, nos quedamos recostados un rato más, ella tendida en los asientos de tres sillas juntas y yo embrocado sobre ella, cuando llegó la luz de mis ojos y nos encontró desnudos descansando la fatiga de la unión de nuestros cuerpos. 
Nos preguntó qué hacíamos. Me dio mucha vergüenza. Reiteró su pregunta, la replanteaba. Ninguno de los dos lograba responderle, hasta que por fin dije que así dormían mis papás. 
Fue mi primer encuentro sexual y mi primera traición. Traicioné a mi amor platónico. La perdí irremediablemente.

***
Roger Guzmán San Salvador, El Salvador, (1981).
Perteneció al "Taller de poesía de La Casa del Escritor" que impartió el poeta, narrador, músico y periodista Rafael Menjívar Ochoa. Fue cofundador de la Revista Crash de historietas, cofundador de la extinta Editorial Axones y Dendritas, parte del consejo editorial de la Revista Cultura del Ministerio de Cultura de El Salvador mientras la dirigió el poeta Vladimir Amaya y es cofundador de la Editorial Falena.
Obra publicada: Un sitio sin lugar (Editorial Equizzero, poesía, 2010), Me ahogo, me ahogo, me ahogo (Proyecto editorial La Chifurnia, poesía, 2015), Óxido, pena y verdugo (Zeugma Editores, poesía, 2016) y ¡Ay ay ay! ¡Uy uy uy! (Proyecto editorial La Chifurnia, poesía, 2017).


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