FICCIÓN REALIDAD.
Al momento de escribir estas palabras no puedo asegurar cuándo fue la ultima vez que salí, acertar qué día de la semana es hoy, es un ejercicio de memoria y organización, me dice un amigo a través de un WhatsApp. La premisa es quédate en casa. Si te cuidas pueda que sobrevivas, está en tus manos
detener esta pandemia. Podemos sentirnos solos al ver que las grandes autoridades del mundo, quienes controlan los hilos de todo, no son las mentes más brillantes o más perversas. Vemos regresar al humano mortal como la medida de las cosas, y en nuestras manos está la decisión de mantener con vida al ente que necesita de nuestro sacrificio para vivir.
detener esta pandemia. Podemos sentirnos solos al ver que las grandes autoridades del mundo, quienes controlan los hilos de todo, no son las mentes más brillantes o más perversas. Vemos regresar al humano mortal como la medida de las cosas, y en nuestras manos está la decisión de mantener con vida al ente que necesita de nuestro sacrificio para vivir.
Lo que es seguro por hoy es el confinamiento, que incluso trastoca los nervios del más introvertido. Toda interacción con el exterior es para trabajar o aprovisionarse. En filosofía existe el eterno retorno, una propuesta de Federico Nietzsche, en la Gaya Ciencia.
"¿Cómo te sentirías si un día o una noche un demonio se deslizara furtivamente en la más solitaria de tus soledades y te dijera : "esta vida, tal como la estas viviendo (hasta este momento), deberás vivirla otra vez y aun innumerable veces. Y no habrá en ella nunca nada nuevo."
Un escenario de vida, donde toda continuidad sucumbe y toda linealidad se desvanece del tiempo para repetirse. Algo parecido sucede en Vivarium (2019), película del director irlandés Lorcan Finnegan. Apenas se estrenó en Cannes el año pasado, llamada por El Mundo, "El primer gran estreno tras el cierre de las salas”.
La película inicia con escenas de un pájaro parásito y con Gemma (Imogen Poots), una maestra de parvularia con dificultades para encontrar casa. Quien al encontrarse con un alumna, nos deja frente a un presagio: los hechos son horribles solo si somos nosotros los afectados inmediatamente. Esto se confirma cuando junto a su novio Tom (Jesse Eisenberg) un jardinero, son llevados a Yonder, un complejo laberinto habitacional. Es aquí cuando todo se torna una metáfora del eterno retorno. Pues, aunque variados sus intentos de salir siempre llegan a la casa #9. La misma que desde un inicio fue elgida para ellos.
Solo somos felices, siendo infelices. Al menos sera así, si desconocemos la traición de las imágenes.
René Magritte (1898), fue inspiración para construir Yonder, el vivarium de Gemma y Tom. La estética de este inusual pintor se deja entrever en los colores, los objetos, y lo más evidente: el cielo.
Muestra pictórica de René Magritte, pintor Belga.
Para no ser
reproducido de 1937
Los
misterios del horizonte de 1955
Decalcamonia 1966.
Fin de la muestra pictórica.
Aparentemente sin salida, son obligados por su naturaleza social, a cuidar de lo que parece ser un niño, en este caso un crío. Pese a no ser el caso, esto viene sucediendo en muchas de nuestras sociedades. En sus rostros se ve la frustración, otro aspecto común en la actual generación productiva de nuestras sociedades. La comida es empaquetada al vacío y dejada en la puerta de la casa, como si de pájaros enjaulados se tratara. Conscientemente de su realidad, intentan acomodarse a la desesperación. Ella cuida al niño, él trabaja para poder salir de esa situación, cava un agujero que será la tumba de ambos.
Otro aspecto a marcar es el tiempo, que aunque ellos no dejan de ser quienes eran, el niño crece en cuestión de días. Añadiendo que su único propósito es el de cuidar, alimentar y enseñarle cosas básicas para que este al llegar a una edad madura se encargue de sus cadáveres.
Otra clara referencia al eterno retorno es cuando ella, esta a punto de descubrir lo que pasa. Ve, como si de un multiverso se tratara, otras parejas que están en simultáneo, atrapados en la misma desesperación que ellos.
Al final se puede ver a un empleado de bienes raíces salir sin dificultad de este laberinto con apariencia de urbanización maravillosa, ocupar la vacante de nuevo vendedor y llevar a otra ilusionada pareja a su casa de ensueño.
Ante la posibilidad que todo se repita al pie de la letra, ya fuera en nuestro día a día, en los siglos de la historia, como también se puede interpretar, Nietzsche, nos cuestiona, tendríamos miedo de esta maldición, o acaso en nuestra vida hay alguna sensación gloriosa, aceptando al demonio como una bendición divina. De cualquier forma, no somos capaces de soportar el peso más abrumador y la conciencia que esto supone.
Será nuestra existencia mismo el peor confinamiento, una cadena de succione sin transcendencia. En este momento lo vivimos, muy semejante a Gemma y Tom. No es esta misma pareja los que estaban destinado para un rol, se que supone el correcto y sin adulterar.
Por hoy, cada día en el mundo están sucediendo hechos históricos, se puede decir nunca antes visto en la historia contemporánea. Todo ameritará nuevas perdiciones, solo falta buscar en el viejo archivo de la historia.
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