Conviene no recordar
Octubre
es una puñalada en la memoria,
un
golpe en la placenta del recuerdo.
Porque
octubre es un pésimo mes para recordar.
A
veces es una lenta invasión del otoño,
o
es una mano en el hombro
invitando
al sagrado ritual del llanto…
Sus
días bien parecen una mujer que desnuda su espalda
para
que el oleaje de las tardes
se
lleve su vestido de marchitas hojas,
y
su cuerpo quede a disposición del viento.
Pero
no.
Octubre
es tan sólo una lenta invasión de la nostalgia;
una
vana pretensión amorosa
tratando
de que el olvido la arrulle.
Porque
sus últimos días son tristes:
Se
la pasa llorando,
observando
el lerdo andar de sus lágrimas
que
son a veces hojas vencidas de un viejo otoño
del
que conviene no recordar.
Tejedor
He
construido
con
hilos de humo la sombra
de
tus besos
cada
borde es tejido
por
la aguja de mi memoria
tejedor
entre recuerdos
asomo
mis dedos
a
la rivera de tu boca
y
cuando mi obra
está
casi conclusa
arrimo
cautoteloso
a
tus labios mi boca…
pero
todo se vuelve impreciso:
humo
es derramado
en
mis labios
y
nada prevalece
salvo
la ausencia de tus besos.
Oculto corazón
Sí,
tu corazón es frágil
corre
peligro de calcinación
como
papel cercano al fuego
como
un otoño ante los labios del sol
peligra
la brizna del amor
ante
el extravío perpetuo
así
dijiste
Por
eso lo ocultaste del mundo
y
de los feroces amantes
que
lo desean para su ostentoso búcaro
Hiciste
bien al enterrar tu trémulo corazón
a
la cruz del jardín ignoto
pero
yo te observaba desde siempre
y
desde lejos
para
arrancarlo de la madrugada
como
una piedra.
Autor: Josué Ramos (El Salvador, 2000).
Estudiante de licenciatura en Letras en la Universidad de El Salvador. Miembro
del taller literario Zarza, de la misma Universidad. Ha publicado poemas en la
página «Dialogando con el Gato» y en la revista literaria «Primera página».
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